Entrando en la madrugada, como todas las noche, ducados rubio. Y una lata de Coca Cola, exquisito elixir, para acompañar.
¿quien dice que sea tarde? ¿Quien me dicta? Mi padre, que no haga ruido, y yo tecleando para escribir mis Termópilas, en mi buhardilla.
Perfecto sería, pasar ya no solo a los anales, sino también a los orales de la historia, pero por el momento, todo puede esperar, como dije antes,
¿quién dice que sea tarde?
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