Parábolas para volar, paranoyas para llorar y soñar.

sábado, diciembre 18, 2010

El angelito de marras.

Contaban de un ángel, que un día cayó
Y rodó, rodó, hasta llegar al mar
Entonces se dio cuenta, de que no sabía nadar
Y el ángel se levantó

Contaban de un ángel, que un dia cayó
Y rodó, rodó, y topó con diablos
Entonces se dio cuenta, de que no era su establo
Y el ángel huyó

Contaban de un ángel, que un día lloró
Y lloró, lloró, ríos de lágrimas
Entonces se dio cuenta, de que caían en sus páginas
Y el ángel sus ojos secó

Contaban de un ángel, al que quisieron tirar
Y él se dijo, esta vez no
Entonces rápido se defendió
Y el ángel, por fin, echó a volar.

Fiebre del sábado noche.

La mentira es sencilla, vil, y fácil, despiadada, fría, y tentadora, cobarde, negra y blanda. La verdad es otra historia. La verdad abre caminos, caminos inescrutables. Líneas rectas, segmentos, o curvas cerradas tras cambios rasantes. La verdad, es agónica. Puede agonizar a quien la dice, puede agonizar a quien la escucha, puede resultar irrelevante, o puede destrozar espiritus.

Pero la mentira, derrumba imperios. Jamás, una mentira, pasa desapercibida. La mentira es un boomerang de plomo, lánzalo y despréndete de él, pero recuerda, vuelve, aunque no lo parezca, y vuelve siempre.

La verdad es, que la verdad, es difícil, al igual que la vida, de principio a fin. Y lo fácil, como la mentira, sería no complicarla más. Sólo el escritor sabe, que su verdad más pura reside en sus escritos, porque no cualquiera escribe, sólo aquel que por dentro es complejo.

Si escribo esto, es, por obviedad, porque es cierto y verdadero, para mí, por mi experiencia. Pero cuando se trata de encontrar la verdad en lo más abismal del alma, eso, es complicado, por ello la verdad es, de nuevo, y para los que aún no hayan captado el mensaje, difícil.